lunes, 21 de junio de 2010

Mi última semana en Caraz

Esta va a ser mi última semana en Caraz, ¡cómo pasa el tiempo! Hace unos días que no escribo, porque he decidido que los fines de semana me los voy a tomar de descanso, ni blog, ni OLPC ni nada de nada. El viernes estuvimos en una escuela cercana al centro urbano. El único docente nos invitó a comer y nos estuvo contando historias. El hombre había estado destinado en diferentes partes de Perú y nos contó cosas de los narcos y de los terrucos (los terroristas del desaparecido Sendero Lumunoso). A la vuelta fue bastante gracioso, porque en una combi (furgonetas habilitadas para transportar personas) un hombre llevaba un váter. Lo mejor fue que el hombre que cobra los billetes pretendía que el señor váter pagase su pasaje y como el hombre no quería estuvo a punto de dejarlo en medio de la carretera. Luego nos fuimos a Huaraz como el fin de semana pasado, pero éste a diferencia el grupo de Huari decidió no venir, dado que el viaje son 4 horas y los trayectos de todo menos cómodos. Los viajes largos desde Lima son una excepción ya que el autobús es más cómodo que un avión. El fin de semana estuvimos jugando al Monopoly (en inglés claro), a las cartas y el sábado por la noche salimos un poquillo por ahí. Estuvimos en un garito en el que había muy poca gente. Luego hubo gente que fue a otro con más gente, pero yo me fui al hotel porque el domingo teníamos excursión. La excursión fue ir a unos baños termales que estaban muy bien. Lo que pasa es que el agua era completamente marrón y no nos lo esperábamos :) Mañana pondré alguna foto.
En el trayecto de vuelta vimos la realidad de la inmigración desde el otro lado, había una niña que decía que había estado en Italia y un señor que tenía un hijo en Suecia. Hablando de inmigración, me resultó bastante emotivo cuando aterricé en Lima y vi a los familiares esperando a sus parientes inmigrantes. Hoy hemos terminado pronto la escuela y me ha dado tiempo a echarme la siesta antes del partido de España. Ha habido un niño que se ha puesto realmente contento al saber que podía cambiar la configuración de su ordenador. Esto me ha hecho recordar que el viernes vi una niña trasteando con uno de los programas "avanzados" de los que normalmente no se usan mucho aquí en Perú. Estas cosas te suben la moral bastante.

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